Después de abandonar el mirador del Pico del Inglés, afrontamos el
descenso, pero antes paramos los tres para poder tomar unas fotos de
nuestros coches por delante.
Y otra por detrás.
Mirando hacia detrás en el descenso.
La única y larga recta de todo el recorrido.
Una paradita en el descenso, en el mirador de la Cruz del Carmen, para
tomar unas cervecitas.
Y afrontamos el definitivo descenso en fila de a uno por la misma
carretera por la que hicimos el ascenso.
Una gozada de carretera.
Una magnifica y sinuosa carretera con el frondoso monte pegado al borde de
de la carretera hacen que este recorrido sea singular.
Curva de derechas de 360 grados que hace esforzarte para que la dirección
de nuestros antiguos automóviles, giren en la curva y en descenso.
Y una nueva parada para tomar otras cervecitas.
El Ford de mi amigo Miguel Ángel en primer plano, un Ford A de 1928.
Ford A Team de Canarias.
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